viernes, 27 de febrero de 2009

10 años de lucha por la Patria, el Pueblo y el Socialismo


El pasado 25 de enero, el Bloque Popular Universitario (BPU), celebró su 10° Aniversario, en cuyo acto conemorativo participaron miembros fundadores de dicho frente estudiantil y cuyas resposanbilidades se enmarcan hoy en la construcción de una plataforma política nacional (BPR), con estructuras organizativas en la raiz del pueblo índigena, obrero, de sectores profesionales, pobladores y de la juventud en general. El frente estudiantil universitario tiene como tarea fundamental, al nutricerse del conocimiento científico y tecnológico, llegar y llevar a las clases explotadas una conciencia clasista, tanto en sus justas reinvindicaciones como en su ascenso político. Como parte de la Juventud Comunista-BPR, el BPU tiene el deber y la necesidad de organizar a los estudiantes mas jóvenes de colegios de secundarios (BRE), crear federaciones estudiantiles, generar movimiento estudiantil revolucionario,y coordinarse con las demás fuerzas antiimperialista y consecuentes con los intereses de su pueblo, desvinculadas de los grupos oportunistas y seudorevolucionarios que militan en partidos políticos de la burguesía.

EL ALBA ROJA


EL ALBA ROJA
Escrito 1882
RUBEN DARIO, poeta nicaragüense.

¡Oh, señor… El mundo anda muy mal: la sociedad se desquicia. El siglo que viene verá la mayor de las revoluciones que han ensangrentado la tierra. El pez grande se come al chico? ¡Sea!... Pero pronto tendremos el desquite. El paupérrimo reina, y el trabajador lleva sobre sus hombros la montaña de una maldición. Nada vale ya el oro miserable. La gente desheredada es el rebaño eterno para el eterno matadero.
¿No se ve tanto ricachón con la camisa como si fuera de porcelana, y tanta señorita estirada envuelta en seda y en encajes? Entretanto, las hijas de los pobres, desde los catorce años tienen que ser prostitutas o son del primero que los compra.
Los bandidos están posesionados de los bancos y de los almacenes. Los almacenes son el martirio de la honradez: no se pagan sino los salarios que se les antoja a los magnates, y mientras el infeliz logra comer un pan duro, en los palacios y casas ricas los dichosos se atracan de trufas y faisanes. Cada carruaje que pasa por las calles va apretando bajo sus ruedas el corazón del pobre. Esos señoritos cacoquimios y esos cosecheros ventrudos son los ruines martirizadores ¡yo quisiera una tempestad de sangre! ¡yo quisiera que sonara ya la hora de la rehabilitación de la justicia social! ¿No se llama democracia a esa quisicosa política que cantan los poetas y alaban los aradores? Pues ¡maldita sea esa democracia! Eso no es democracia, sino baldón y ruina.
El infeliz sufre la lluvia de plagas, el rico goza. La prensa venal y corrompida, no canta sino invariable salmo de oro. Los escritores son los violines que tocan los grandes potentados. El pueblo está enfangado y pudriéndose por culpa de los de arriba; en el hombre, el crimen y el alcoholismo; en la mujer la prostitución; así la madre, y así la amante que la cobija.
Con que ¡calcule usted! El centavo que se logra ¿para qué debe ser sino para el aguardiente?
Los patrones son ásperos con los que les sirven.-Los patrones en la ciudad y en el campo son los tiranos.- Aquí le aprietan a uno el cuello; en el campo, insultan al jornalero: le escatiman el jornal, le dan a comer lodo y, por remate, le violan a sus hijas. ¡Todo anda de esta manera!
Yo no sé como no ha reventado ya la mina que amenaza al mundo, porque ya debería haber reventado. En todas partes la misma fiebre; el espíritu de las clases oprimidas se encarnarán en un impecable y futuro vengador. ¡La onda de abajo derrocará la masa de arriba! (La Comuna).
La Internacional, el Nihilismo, eso es poco; falta la enorme y vengadora coalición!
Todas las tiranías se vendrán al suelo, la tiranía política, la tiranía religiosa. Porque el cura es, también, el aliado de los verdugos del pueblo.
El canta su “Te-Deum” y reza su “Pater noster”, más por el millonario que por el desgraciado.
Pero el anuncio del cataclismo está ya a la vista de la humanidad, y la humanidad no lo ve o no lo quiere ver. ¡Lo que verá bien será el espanto y el horror el día de la ira!
No habrá fuerza que pueda contener el torrente de la fatal venganza! Habrá que cantar una nueva marsellesa que, como los clarines de Jericó, destruya la morada de los infames.
El incendio alumbrará las ruinas. El cuchillo popular cortará los cuellos y vientres odiados; las mujeres del pueblo arrastraran los cabellos rubios de las vírgenes orgullos; la planta del hombre descalzo pisara la alfombra del opulento y el cielo verá, con tenebrosa alegría, entre el estruendo de la catástrofe redentora, el castigo de los altivos malhechores y la suprema y terrible de la miseria borracha.

viernes, 20 de febrero de 2009

Augusto Cesar Sandino


Augusto C. Sandino - Manifiesto "Luz y Verdad"

Reproducimos este manifiesto rindiendole tributo, en su vivo pensamiento, al "General de Hombres Libres" en el 75 aniversario de su asesinato por el imperialismo y sus lacayos.

LUZ Y VERDAD

Manifiesto a los miembros de nuestro Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua

Impulsión divina es la que anima y protege a nuestro Ejército, desde su principio y así lo será hasta su fin.

Ese mismo impulso pide en Justicia de que todos nuestros hermanos miembros de este Ejército principien a conocer en su propia Luz y Verdad, de las leyes que rigen el Universo.

Pues bien hermanos:

Todos vosotros presentís una fuerza superior a si mismos y a todas las otras fuerzas del Universo. Esa fuerza invisible tiene muchos nombres, pero nosotros lo hemos conocido con el nombre de Dios.

Seguramente de que entre vosotros hay muchos quienes han querido encontrar la oportunidad de quien les explique esas cosas tan hermosas.

Pues bien hermanos:

Lo que existió en el Universo, antes de las cosas que se pueden ver o tocar, fue el éter como sustancia única y primera de la Naturaleza (materia). Pero antes del éter, que todo lo que llena en el Universo, existió una gran voluntad; es decir, un gran deseo de Ser lo que no era, y que nosotros lo hemos conocido con el nombre de Amor.

Por lo explicado se deja ver que el principio de todas las cosas es el Amor: o sea Dios. También se le puede llamar Padre Creador del Universo. La única hija del Amor, es la Justicia Divina.

La injusticia no tiene ninguna razón de existir en el Universo, y su nacimiento fue de la envidia y antagonismo de los hombres, antes de haber comprendido su espíritu.

Pero la incomprensión de los hombres solamente es un tránsito de la vida universal: y cuando la mayoría de la humanidad conozcan de que viven por el Espíritu, se acabara para siempre la injusticia y solamente podrá reinar la Justicia Divina: única hija del Amor.

Pues bien hermanos:

Muchas veces habréis oído hablar de un Juicio Final del mundo.

Por Juicio Final del mundo se debe comprender la destrucción de la injusticia sobre la tierra y reinar el Espíritu de Luz y Verdad, o sea el Amor.

También habréis oído decir de que en este siglo veinte, o sea en el Siglo de las Luces, es la época de que estaba profetizado el Juicio Final del Mundo.

Pues bien hermanos:

El siglo en cuestión se compone de cien años y ya vamos corriendo sobre los primeros treinta y uno; lo que quiere decir de que esa hecatombe anunciada deberá de quedar definida en estos últimos 69 años que faltan.

No es cierto que San Vicente tenga que venir a tocar trompeta, ni es cierto de que la tierra vaya a estallar y que después se hundiría; No.

Lo que ocurrirá es lo siguiente:

Que los pueblos oprimidos romperán las cadenas de la humillación, con que nos han querido tener postergados los imperialistas de la tierra.

Las trompetas que se oirán van a ser los clarines de guerra, entonando los himnos de la libertad de los pueblos oprimidos contra la injusticia de los opresores.

La única que quedara hundida para siempre es la injusticia; y quedara el reino de la Perfección, el Amor; con su hija predilecta la Justicia Divina.

Cábenos la honra hermanos: de que hemos sido en Nicaragua los escogidos por la Justicia Divina, a principiar el juicio de la injusticia sobre la tierra. No temáis mis queridos hermanos; y estad seguros, muy seguros y bien seguros de que muy luego tendremos nuestro triunfo definitivo en Nicaragua, con lo que quedara prendida la mecha de la "Explosión Proletaria" contra los imperialistas de la tierra. Sinceramente vuestro hermano.

Cuartel General del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua.

El Chipotón, Las Segovias, Nic. C. A.

Febrero de 1931, 15 Feb.

Patria y Libertad

A. C. SANDINO

jueves, 19 de febrero de 2009

LA REFORMA DE CORDOBA DE 1918


El Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria fue redactado por Deodoro Roca y apareció en Córdoba (Argentina) el 21 de junio de 1918. Las firmas al pie pertenecen a los miembros de la comisión directiva de la Federación Universitaria de Córdoba.


La Juventud Argentina de Córdoba a los Hombres Libres de Sudamérica
Hombres de una República libre, acabamos de romper la última cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana.
La rebeldía estalla en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos se habían ensoberbecido y era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contrarrevolucionarios de Mayo. Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y - lo que es peor aún- el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza y el ensanchamiento vital de los organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.
Nuestro régimen universitario –aun el más reciente- es anacrónico. Está fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La Federación Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director o un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la sustancia misma de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando.
Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no una labor de ciencia. Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.
Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de autoridad que en estas casas de estudio es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa dignidad y la falsa competencia. Ahora advertimos que la reciente reforma, sinceramente liberal, aportada a la Universidad de Córdoba por el doctor José Nicolás Matienzo, sólo ha venido a probar que el mal era más afligente de lo que imaginábamos y que los antiguos privilegios disimulaban un estado de avanzada descomposición. La reforma Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria; ha sancionado el predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en torno de los mediocres han encontrado en ella un inesperado apoyo. Se nos acusa de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho sagrado a la insurrección. Entonces, la única puerta que nos queda abierta a la esperanza es el destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo; la redención espiritual de las juventudes americanas nuestra única recompensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son y dolorosas- de todo el continente. ¿Qué en nuestro país una ley – se dice -, la ley de Avellaneda, se opone a nuestros anhelos?. Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral lo está exigiendo.
La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo aún de contaminarse. No se equivoca nunca en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mérito adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos elijan sus maestros y directores, seguros de que el acierto ha de coronar sus determinaciones. En adelante, sólo podrán ser maestros en la futura república universitaria los verdaderos constructores de almas, los creadores de verdad, de belleza y de bien.
La juventud universitaria de Córdoba cree que ha llegado la hora de plantear este grave problema a la consideración del país y de sus hombres representativos.
Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad de Córdoba, con motivo de la elección rectoral, aclaran singularmente nuestra razón en la manera de apreciar el conflicto universitario. La Federación Universitaria de Córdoba cree que debe hacer conocer al país y a América las circunstancias de orden moral y jurídico que invalidan el acto electoral verificado el 15 de junio. Al confesar los ideales y principios que mueven a la juventud en esta hora única de su vida, quiere referir los aspectos locales del conflicto y levantar bien alta la llama que está quemando el viejo reducto de la opresión clerical. En la Universidad Nacional de Córdoba y en esta ciudad no se han presenciado desórdenes; se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera revolución que ha de agrupar tan pronto bajo su bandera a todos los hombres libres del continente Referiremos los sucesos para que se vea cuánta razón nos asistía y cuánta vergüenza nos sacó a la cara la cobardía y la perfidia de los reaccionarios. Los actos de violencia de los cuales nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como el ejercicio de puras ideas. Volteamos lo que representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para poder levantar siquiera el corazón sobre esas ruinas. Aquellos representan también la medida de nuestra indignación en presencia de la miseria moral, de la simulación y del engaño artero que pretendía filtrarse con las apariencias de la legalidad. El sentido moral estaba oscurecido en las clases dirigentes por un fariseísmo tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.
El espectáculo que ofrecía la asamblea universitaria era repugnante. Grupos de amorales deseosos de captarse la buena voluntad del futuro rector exploraban los contornos en el primer escrutinio, para inclinarse luego al bando que parecía asegurarse el triunfo, sin recordar la adhesión públicamente empeñada, el compromiso de honor contraído por los intereses de la Universidad. Otros –los más- en nombre del sentimiento religioso y bajo la advocación de la Compañía de Jesús, exhortaban a la traición y al pronunciamiento subalterno. (¡Curiosa religión la que enseña a menospreciar el honor y deprimir la personalidad!. ¡Religión para vencidos o para esclavos!). Se había obtenido una reforma liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber conquistado una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos enemigos de la reforma. En la sombra los jesuitas habían preparado el triunfo de una profunda inmoralidad. Consentirla habría comportado otra traición. A la burla respondimos con la revolución. La mayoría expresaba la suma de la represión, de la ignorancia y del vicio. Entonces dimos la única lección que cumplía y espantamos para siempre la amenaza del dominio clerical.
La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquellos pudieron obtener la sanción jurídica, empotrarse en la ley. No se lo permitimos. Antes que la iniquidad fuera un acto jurídico, irrevocable y completo, nos apoderamos del salón de actos y arrojamos a la canalla, sólo entonces amedrentada, a la vera de los claustros. Que esto es cierto, lo patentiza el hecho de haber, a continuación, sesionado en el propio salón de actos la Federación Universitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre rectoral, la declaración de huelga indefinida.
En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección del rector terminará en una sola sesión, proclamándose inmediatamente el resultado, previa lectura de cada una de las boletas y aprobación del acta respectiva. Afirmamos, sin temor de ser rectificados, que las boletas no fueron leídas, que el acta no fue aprobada, que el rector no fue proclamado y que, por consiguiente, para la ley, aún no existe rector de esta Universidad.
La juventud universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombre ni de empleos. Se levantó contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra un concepto de autoridad. Las funciones públicas se ejercitaban en beneficio de determinadas camarillas. No se reformaban ni planes ni reglamentos por temor de que alguien en los cambios pudiera perder su empleo. La consigna de hoy para ti, mañana para mí, corría de boca en boca y asumía la preeminencia de estatuto universitario. Los métodos docentes estaban viciados de un estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener a la universidad apartada de la ciencia y de las disciplinas modernas. Las lecciones, encerradas en la repetición interminable de viejos textos, amparaban el espíritu de rutina y de sumisión. Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas, trataban de mantener en clausura a la juventud, creyendo que la conspiración del silencio puede ser ejercitada en contra de la ciencia. Fue entonces cuando la oscura universidad mediterránea cerró sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios y a otros, ante el temor de que fuera perturbada su plácida ignorancia. Hicimos entonces una santa revolución y el régimen cayó a nuestros golpes.
Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo nuevo, que por lo menos la elevación de nuestros ideales merecía algún respeto. Asombrados contemplamos entonces como se coligaban para arrebatar nuestra conquista los más crudos reaccionarios.
No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa, ni al juego de intereses egoístas. A ellos se nos quiere sacrificar. El que se titula rector de la Universidad de San Carlos ha dicho su primera palabra: Prefiero antes de renunciar que quede el tendal de cadáveres de los estudiantes. Palabras llenas de piedad y de amor, de respeto reverencioso a la disciplina; palabras dignas del jefe de una casa de altos estudios. No invoca ideales ni propósitos de acción cultural. Se siente custodiado por la fuerza y se alza soberbio y amenazador. ¡Armoniosa lección que acaba de dar a la juventud el primer ciudadanos de una democracia universitaria!. Recojamos la lección, compañeros de toda América; acaso tenga el sentido de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad; ella nos muestra el verdadero carácter de la autoridad universitaria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agravio y en cada pensamiento una semilla de rebelión.
La juventud ya no pide Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa.
La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su federación, saluda a los compañeros de la América toda y les incita a colaborar en la obra de libertad que inicia.
Firmado: Enrique F. Barros, Ismael C. Bordabehére, Horacio Valdés,presidentes. Gumersindo Sayago, Alfredo Castellanos, Luis M. Méndez, Jorge L. Bazante, Ceferino Garzón Maceda, Julio Molina, Carlos Suárez Pinto, Emilio R. Biagosch, Angel J. Nigro, Natalio J. Saibene, Antonio Medina Allende y Ernesto Garzón.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Saludos y bienvenidos a este espacio BPR-Panamá

Este es un espacio creado para dar a conocer algunas de nuestras proyecciones organizativas, de nuestra filosofía y nuestra visión científica del mundo, del marxismo-leninismo aplicado en nuestro tiempo, de nuestros debates, y tareas concretas en la edificación de la sociedad comunista, del poder popular y revolucionario.



"Sueña y serás libre en espiritu, lucha y serás libre en vida"

Ernesto "Che" Guevara